ELLA. La
mala de todo esto. La que aceptó quedarse con este papel, la que juró
que lo olvidaría, la que juró enamorarse de nuevo como un día lo hizo de
él, la que juró no volver a verle, la que aceptó que lo suyo jamás
funcionaría...
Y
aquí los tienes, año y medio después. El principito no la volvió a
buscar y encontró un nuevo amor. La princesita no se volvió a enamorar y
se quedó viviendo con su orgullo, antes de que decirle que le echaba de
menos...
Demostremos que no todos los cuentos de hadas son iguales.
Que hay princesas malas y príncipes mentirosos.
Pero lo que no podemos cambiar cariño, es por lo que precisamente se llaman "cuentos de hadas", y es este final.
El príncipe debe acabar con la princesa juntos y comiendo perdices o lo que les dé la gana.
Así
que, mi vida, deja de rodearte de brujas, porque esta blancanieves de
lo "mala" que fue no probó bocado de la manzana de la humilde anciana, y
tú, cariño, de lo "bueno" que eres...
TE LA ESTÁS COMIENDO ENTERA.
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