martes, 8 de octubre de 2013

Los hombres de esta cuidad.

Esta es una de las pocas veces en las que es mejor vivir lo que contarlo.

Pero estábamos en una de las calles más llenas de cámaras, besándonos contra los muros que guardan más de nueve millones de historias al día.

Creo que hasta ahora no sabía lo que era sentirse, de verdad, viva.
Elegí un vuelo sólo de ida, con todo lo que necesitaba y un poco más en dos maletas.

Lo que he encontrado son despertares de los que erizan la nuca, pupilas dilatadas, manos bajo las mantas, palabras bonitas en otros idiomas.

Lo único que no me he encontrado ha sido sola.
Ni un jodido minuto desde que respiré este aire nuevo como si fuera la primera bocanada de mi vida.

No he podido escribir hasta ahora.
Me han regalado una libreta roja.
Una fe nueva.
Unos zapatos rojos para correr detrás del metro.



-Siempre es un placer despertar a tu lado.
                        Y todo lo demás no importa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario