miércoles, 9 de octubre de 2013

Ojos que no ven, ¿corazón que no siente?

No podemos negar que el tema de la fidelidad –o infidelidad- es delicado entre las parejas, hay unas más abiertas que otras y muchas “inventan” sus propias reglas, algo que creo es muy válido, pero lo cierto es que la gran mayoría de las personas consideran que el ser fiel es un requisito indispensable para que el amor funcione y ¿saben qué?, yo estoy de acuerdo.
Creo que si amas realmente a una persona no te dan ganas de estar con otra… Pero debo confesar que yo nunca he sido infiel 
Después de un tiempo –y ya que no ando con este galán- me puse a pensar si fue lo mejor. Creo que a nadie nos gusta que nos vean la cara de tontos, pero por otro lado el enterarnos de que nos pusieron el cuerno tampoco está bueno y por supuesto que nuestro ego queda hecho pedacitos, o al menos bastante pisoteado, ¿crees?
En lo personal yo sí preferiría saber si me fue infiel o si lo está siendo, porque si está pasando eso es por algo, es como una alarma que dice – o grita- que la relación no va bien y sería un buen punto para analizar si vale la pena (o no) seguir…
Sinceramente creo que yo no perdonaría un cuerno (sí, suena hipócrita pues yo lo hice, pero aprendí mi lección). Hay una frase que me gusta mucho que dice: “Fool me once, shame on you; fool me twice, shame on me” (es decir: si me engañas una vez la culpa será tuya, la segunda será mía) y es toda la verdad, siento que si permites o perdonas una infidelidad lo único que puedes provocar es que la repita (claro, habrá sus excepciones).

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