Espero
que te acuerdes de cada tarde, que recuerdes mi amor como el de
nadie, que no me falles y me digas que lo nuestro nunca importó, que
todo fue a mejor cuando empezaste con otra. Ya no veo los abrazos que
decías, y que me mata enamorarme viendo tus fotografías... ¡Mierda!,
pasamos de ser todo a ser nada. Convertimos nuestra relación en un
torbellino, intercalando caricias con puñaladas y algún que otro
rasguño a fuerza de odiarnos...
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